La Cordillera Blanca, Perú.

24.12.2012 11:23

 

                                                                                                               Por María Eugenia Salcedo

EL viaje maravilloso, me quedé impresionada de la riqueza en montañas que tiene Perú. Volamos Ccs -Lima y al dia siguiente tomamos otro vuelo a Huaraz, un pueblito, el tercero más próspero del Perú ya que tiene unas minas muy importantes. Está por encima de los 3 mil  metros, o sea, bien alto. Al día siguiente nos fuimos a caminar para aclimatarnos, así conocimos algo de la vida de los campesinos. Las mujeres muy elegantes con sus faldas de colores fuertes y armadores abajo, con sus sombreros altos un poco de lado y como trenzados hacía un costado para que le entre aire si están trabajando la tierra. Uno se la imagina en las laderas de las montañas cosechando sin perder nunca su glamour.

        Por todos lados me tropezaba cientos de las flores que adornaban muchas de sus casas, sus construcciones y hasta las salidas del colegio. Por la tarde me quedé observando a los padres que venían a recorrer a sus hijos, a su manera todos muy elegantes, como siempre haciendo todo el esfuerzo para que sus hijos tengan posibilidades. En todas partes del mundo, en lugares que uno ni se imagina, hay unos padres luchando por sus hijos, solo con la esperanza de verlos crecer y hacerse fuertes.

Seguimos hacía la cordillera Negra que está dividida por el río Santa y del otro lado se encuentra la cordillera Blanca la llaman así porque tiene glaciares mientras que la Negra no.   Empezaba nuestra excursión. Nos dimos a la tarea de subir entre dos montañas con una luz filtrada, un cielo despejado totalmente y unas flores preciosas. Entre las dos montañas un río transparente que bajaba con mucha fuerza. De pronto lagunas azul verdoso por los glaciares. Caminamos y caminamos como 8 o 10 horas cada vez más arriba hasta que llegamos al campamento en donde nos encontramos todas las carpas armadas: una carpa grande el comedor, otra la cocina y las carpas de cada quien con el rio pasándonos al lado. Un frioooooo horrible, así día a día subiendo y dándole la vuelta a la cordillera Blanca. No se encontraba a nadie, era un paisaje solo para nosotros. Todos felices, positivos, contentos, llenos de alegría y ese lazo de familia que es realmente enriquecedor de amor .

Allí pasé mi cumple realmente hermoso, me cantaron  “Feliz cumpleaños” y partimos la  torta que me había mandado a hacer en Lima. Para alegrarme me hicieron una comida especia, también me regalaron una flor que se da a los 4700 metros. Para conservarla la metí en un libro a ver si se seca.

El paisaje se hacía más y más bonito. Las montañas de granito blanco con puntos negros. Son gente muy pobre  le dan toda la importancia a la tierra y a trabajarla, tienen muchos hijos para que los ayuden, son muy respetuosos y agradables, bastante enterados de la situación política, la que al parecer llega a todos los rincones del planeta .

Los salecianos están metidos en esas montañas  ayudando a mucha gente pero como todo casi no hay sacerdotes y las otras religiones han crecido.