Pertigalete en mi memoria

01.03.2013 14:03

Papá era cementero, yo lo llamo así, ya que trabajaba en una fábrica de cemento. No sé en que época nos mudamos a Maracaibo, ni tampoco recuerdo cual era su cargo allí, lo que me viene a la memoria era que era muy chiquita, nada más, ni siquiera el calorón. De donde sí me recuerdo es de Pertigalete, que queda en el estado Anzoátegui, justo en la alcabala hacia Cumaná, mi padre era el gerente. Vivíamos en una zona alejada de la ciudad y enrejada, que llamamos campamento. Había muchas casas de familias, un club y una marina, donde teníamos una lancha en la que paseábamos los fines de semana e íbamos a las playas.

A mi papá le gustaba especialmente ir a Conoma, bella y solitaria, llena de cocoteros. Cuando papá no podía llevarnos algún fin de semana, entonces nos mandaban a la isla de enfrente de la cementera, isla de Plata, en  una embarcación que era la que transportaba a los trabajadores, a la que llamaban el burro, porque en ella cabían muchas personas. Muchos quiosquitos de comida se multiplicaban en la arena de la isla, la playa estaba protegida por bollas para que las lanchas no se pudieran orillar y las personas pudieran nadar con confianza. Siempre llevábamos una cava con los alimentos, pero lo que más disfrutaba era que me pelaran un coco, me tomaba el agua y luego me lo partían, me hacían una cucharita de la misma concha y me comía toda la carne.

            Los sábados por las noches, a las ocho en punto, en el Centro Social del campamento  proyectaban una película sobre un paredón blanco gigante. Todos los recuerdos de mi infancia me regresan a un tiempo en el que fui inmensamente feliz, Gracias Dios por esa dicha.